Abro el baúl de las ideas, un pequeño rincón colmado por las dudas, cargado de vacío, repleto de ignorancia. Busco una palabra, que me lleve a nuevos sitios, que me acerque a la distancia, que me impulse hacia lo desconocido. Pero no puedo. Solo encuentro una palabra, que me inquieta y me consume, que me guía en cada paso, que se ha adueñado de mi vida: Rutina. Y así, perdido, como en una tarde de domingo, pasan las horas, pasan los días y llegan los sueños, el lugar donde se encuentra mi verdadero baúl de las ideas.
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